Cada noche me despierto,
ignorando lo que siento
para no morir dormido,
con tu nombre en mi suspiro.
Y es que amarte y no tenerte
me deshace como siempre.
Y no quiero perderte,
aunque no pueda tenerte.
Y me repito a mi mismo
una historia inventada,
donde el sol alumbra el camino
que me lleva hasta tu casa.
Y te veo en las paredes,
en los rostros de otra gente,
caminando de mi mano,
recordando el presente.
No hay mayor sufrimiento
que mirar el horizonte
con las esperanza falsa
de tenerte para siempre.
Ya no se que me sucede,
a veces quiero tenerte,
aún cuando reconozco
que no tengo qué ofrecerte.
Solo el tiempo dirá
lo que sucederá,
yo solo deseo
tu felicidad.
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